Obama y la soledad del poder
30 Oct
El presidente Barack Obama está a dos años de cumplir su segundo mandato, y desde ya comienza, a sufrir los efectos de la soledad del poder. Tradicionalmente, el presidente de Estados Unidos, al final de su mandato, se convierte en un presidente «lameduck» o «pato caído», con más presencia simbólica, y menos poder e influencia. Es muy probable que, ante los resultados de las elecciones de medio término, en las que se prevée que el Partido Republicano pueda obtener la mayoría en el Senado (ya la tiene en la Cámara de Representantes), Obama se convierta en un presidente «pato caído», más rápido de lo previsto. Lo ideal es que no sea así, porque gobernar sus últimos dos años con un Congreso en contra, será un preludio de lo que ocurrirá en las elecciones presidenciales de 2016.
Mientras todo esto ocurre, Obama ya comienza a sentir que, salvo los actos protocolares organizados por la Casa Blanca tanto fuera como dentro de Washington, su presencia es menos bienvenida. Su popularidad ronda por el 40%, uno de los más bajos en su mandato. Por eso, algunos se preguntan ¿Quién quiere a los Obama? Veremos.
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