Mitt Romney y Ron Paul: Juntos pero no atados
27 Ago
Hace unos días, escribí sobre las lecciones de convivencia entre Mitt Romney y Ron Paul. Tal como lo había escrito, ayer se produjo la manifestación de los seguidores de Ron Paul, a la víspera de iniciar la Convención del Partido Republicano en Tampa. Este acto, aunque no oficial en el programa de la Convención, era una especie de salida negociada ante el hecho de que Paul no sería uno de los oradores de la Convención. El New York Times ha publicado que ciertamente hubo una invitación para que Paul fuese orador, pero que la misma estuvo condicionada a que el texto del discurso fuese revisado previamente por la campaña de Romney, lo cual fue rechazado por Paul.
Durante su discurso de ayer, Paul marcó distancia frente al ‘establishment’ del Partido Republicano, aunque al final, fue el acto de rendición ante la realidad inminente de que Mitt Romney será el candidato proclamado por los republicanos. Ya previamente otros precandidatos, como Rick Santorum y Newt Gingrich, dejaron en libertad a sus delegados para apoyar a Romney. No es el caso de Ron Paul. Es un luchador persistente, y en ese sentido, no cederá, lo cual no significa que no acepte los resultados oficiales de la Convención. Esa es la gran diferencia, y es la extraordinaria lección que ofrece este proceso.
Desde hace varios años, el Partido Republicano viene transitando por un proceso de fragmentación en una serie de facciones, lo cual hace más difícil lograr consenso. Hacia fuera, con su plataforma programática, el Partido Republicano es más excluyente y menos incluyente, lo que le dificulta de cara a las elecciones. La agenda social y los derechos de la mujer y de las minorías son temas que distancian a los republicanos de los electores. Veremos en los próximos el intento de los republicanos de salir unificados en una elecciones que serán muy competitivas, en las que se enfrentarán a un hueso duro de roer: Barack Obama.
Aunque en facciones y con visiones diferentes, Mitt Romney y Ron Paul están juntos, bajo la sombrilla del Partido Republicano, aunque no atados. Esa es la gran lección.
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